El ingeniero de telecomunicaciones de Valencia, Juan Simó es el fundador de dos compañías de tecnología vinculadas con los cada vez más populares drones, UAV´S o vehículos aéreos no tripulados. La primera empresa, mejoró notablemente la emisión de vídeo desde el drone hasta la tierra. La segunda ha conseguido transformarse en una de las seis primeras empresa que han obtenido la aprobación de la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos para planear con propósitos comerciales gracias a un método que gana en seguridad. Su tecnología, a la espera de ser patentada, garantiza ahora transformar totalmente la manera de pilotar los drones.
De Internet a EE.UU.
Juan Simó, siempre tuvo la vocación de ser ingeniero de telecomunicaciones, haciendo de los drones de una afición a una vocación. No obstante, no le satisfacía la manera en que los UAV´S difundían vídeo. “Utilizaban antenas de polarización lineal que, si no están enfiladas, falla la emisión”, señala. Prefirió en aquel momento por adecuar las antenas de polarización circular a los RPAs. Partidario de la mejora abierta, subió una guía a distintos foros a través de internet para que otros aficionados tuviesen la oportunidad de aplicar el método que había diseñado. Lo asombroso fue que comenzaron a llegarle encargos de las antenas. El público no quería fabricarlas, preferían comprarlas. Dado el éxito, Simó creó en 2010 una compañía, Circular Wireless, con el objetivo de vender su tecnología. Rápidamente se ha convertido en una de las grandes referencias mundiales vendiendo en más de 40 países.
Desde el momento que ha obtuvo tanta repercusión a nivel mundial, contactó con quien sería el socio de su segunda empresa, Astraeus Aerial), el director de fotografía de Hollywood, David Wagreich. Éste fue un visionario capaz de ver en los drones una gran oportunidad de negocio para la grabación de films, que para esto requería de otro socio con un pronunciado perfil técnico y largo recorrido en la tecnología. Lo encontró en Juan Simó y ambos consiguieron someter al gobierno americano.
A partir de esa «visibilidad» que obtuvo a nivel global, conoció al socio de su segunda compañía, Astraeus Aerial. David Wagreich era un director de fotografía de Hollywood que vio en los drones una tremenda oportunidad de negocio para la filmación de vídeos. Para ello necesitaba un compañero de viaje con un marcado perfil técnico y experiencia en la tecnología: Juan Simó. Juntos han conseguido doblegar al Gobierno estadounidense.
La Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU denegó hace 3 años la utilización total en el ámbito comercial con ánimo de lucro de drones en territorio americano. Esta prohibición obstaculiza totalmente el cometido de Astraeus Aerial. La respuesta de Wagreich fue dirigir un grupo compuesto por seis compañías audiovisuales e intentar persuadir a la FAA de que su tecnología es fiable. En septiembre del pasado año 2014, la corporación adjudicó seis dispensas para que estas seis empresa que habían evidenciado la factibilidad de su tecnología. A partir de ese momento, unas treinta compañías han sido homologadas para actuar con sus drones.
La clave está en la seguridad
“La seguridad es nuestra principal reivindicación y es lo que nos distingue de los iniciados”, aclara Simó, “nosotros como empresa no podemos darnos el lujo de que un drone provoque un accidente durante un rodaje”. Igualmente es un escollo económico. “Nuestros RPAs llevan incorporados cámaras por valor de 100.000 dólares”, comenta. Es por esta razón que su tecnología integra un sistema para “asignar a la acción de mayor seguridad” y que los distingue en el sector. Lo primero es la inclusión de un doble control que posibilita al copiloto hacerse con el control del drone en caso de que arrone el del piloto.
Asimismo actúa sobre el mismo vuelo. En este caso la cpu “traduce las instrucciones del piloto en la potencia que hay que asignar a cada motor”. “Esto es fundamental porque las estructuras de los drones son complejos y aun tan novedosos que suelen errar”, comenta Simó.
Sin embargo el auténtico misterio de la tecnología de Astraeus Aerial en es su Sistema de Pilotaje Virtual (VPS), “el cual asiste al piloto a controlar el drone con más exactitud”. Como en este momento está en espera de patente, Simó no puede revelar las particularidades de la tecnología, pero sí que muestra una idea de su utilidad. “La FAA ya ha incorporado en el boceto de la normativa la conducción mediante el vídeo”, aclara. En la actualidad solo está legitimado dirigir un drone cuando está en el campo de visión del usuario. “Pero en realidad como realmente se pueden aprovechar los drones es recrear la sensación de que el piloto se encuentra en su interior”. ¿Por qué es así? “Porque aumentan en exactitud de vuelo y se incrementa el radio de acción”. En la actualidad, la tecnología de vídeo en primera persona (FPV) aún no está demasiado desarrollada para posibilitar que una persona controle el UAV sin que esté dentro de su campo de percepción. “Nuestra tecnología permite resolver este conflicto”, señala Simó. La empresa ya ha firmado varios contratos para la grabación de spots en Hollywood, que comenzarán a rodarse pronto. Asimismo, los asociados han concebido Astraeus Technologies, un spin off de Astraeus Aerial, para vender a terceros las tecnologías diseñadas.
España a la cabeza
Una vez más es un español y una compañía con “ñ” de España quien vuelve a despuntar en el sector aeronáutico de los drones. Este es solo el principio de una edad dorada donde cada vez los ingenieros iberoamericanos tienen más peso. Sí te apasionan los drones y la tecnología aérea en general no pierdas la oportunidad de formarte con los mejores másteres en UAV´S, así como en diseño aeronáutico o el cada vez más demandado sector de expertos en Lean. Los sueños no se desean, se construyen con ilusión y sobretodo, formación.