Este gigante de los cielos, con un peso máximo de 3.800 kilos al despegue y una capacidad de carga de 2.050 kilos, fue creado después de que un piloto falleciera apagando un incendio. Según informaba Gabino Serrano, piloto de la compañía Singular Aircraft, el SA-03 sirve también para vigilancia y fumigación. Añadía que cada litro de agua echado tiene una efectividad mayor y más rentable que un avión tripulado ya cuesta unos 1.500 euros por hora y un dron 200”.
Las aplicaciones y usos a la que se le ha dado a este Hidroavión no tripulado van desde actividades de salvamento a actividades agrícola ya sea de día o de servicio nocturno.
Su principal actividad ha sido la lucha contra los incendios en la que puede recoger unos 2.000 litros de agua y situarlo lo mejor posible sobre la zona afectada. El SA-03 está equipado con tanques de ferry que tiene un alcance de 5.000 millas náuticas y una autonomía de 63 horas.
Después de la regulación de uso y aplicaciones de los aviones no tripulados realizado por el gobierno el pasado 4 julio, son muchas las empresas y sectores los que, motivados por la diversidad de actividades que pueden realizar estos monstruos de la ingeniería, se aventuran a invertir en personal cualificado y dotado con las capacidades técnicas necesarias.