Un grupo de la Universidad Carlos III de Madrid y de la compañía AXTER Aerospace ha creado un nuevo sistema eléctrico que supone una mejoría al sistema de propulsión de la aviación ligera. Su meta básica es progresar en la seguridad del mundo de la aviación deportiva y ligera, en otras palabras, el de los aeroplanos de entre 2 y 4 pasajeros de hasta 750 kilos de peso.
“Al año se anota en Europa y los Estados Unidos una media de 600 accidentes, 80 muertes y pérdidas en torno a los 24 millones de euros”, comenta Suárez.
“Intentamos salvar vidas e impedir accidentes relacionados con la pérdida de potencia en los vuelos, concretamente, cuando el motor se queda sin gasolina o falla”, señala uno de sus diseñadores, Miguel Ángel Suárez, de la empresa AXTER Aerospace, la cual ha llevado a cabo este nuevo sistema en cooperación con la Universidad Carlos III.
La idea es equipar a la aeronave con un motor eléctrico complementario acoplado a la hélice. “Si ocurre algún problema en el motor principal, se activaría este motor eléctrico, lo cual proporcionaría una autonomía extra de unos 20 kilómetros, una longitud para que el piloto tome tierra de forma segura”, señala otro de los impulsores del artilugio, Andrés Barrado, encargado del grupo de Sistemas Electrónicos de Potencia.
Además de evitar pérdidas económicas a causa de los accidentes y salvar vidas, su diseño consigue rebajar el coste de trabajo y mantenimiento del aeroplano.
La nueva estructura está constituido por un motor eléctrico que se acopla al adapta al principal, una batería de litio de alta eficacia y un sistema electrónico que permite extraer la energía de la misma y adecuarla a las necesidades de funcionamiento del aeroplano.
Asimismo, posee un cargador de batería que funciona durante el vuelo. “Maximizamos la capacidad de la batería en producir movimiento con el motor eléctrico y hemos confirmado que además podemos emplear el sistema como híbrido para avionetas: el piloto lo puede activar cuando quiera, sumando hasta 40 caballos de potencia adicionales para el despegue o lo que hurga”, comenta Daniel Cristobal, del equipo de AXTER Aerospace.
De este modo, se podría emplear como si fuese una especie de `turbo eléctrico´, para extender la potencia del vehículo en determinadas operaciones.
Este método, en proceso de implantación en el mercado y patente internacional, puede alojarse en todos los aviones ligeros, estén en servicio o sean nuevos. Igualmente, podría llegar a instalarse en toda clase de aeronaves como, drones, autogiros, veleros y otras clases de vehículos aéreos no tripulados.
Además del avance que supone en materia de seguridad, su arquitectura logra reducir el coste de operación y sostenimiento del aparato, disminuir la contaminación acústica, el consumo de gasolina y reducir la emisión de gases de efectos invernadero.
Éste avance supone otro paso más en las innovaciones aeronáuticas llevadas a cabo en España, haciendo de nuestro país uno de los líderes a nivel Europeo. Un mercado cada vez más a la alza donde los nuevos y futuros ingenieros pueden lograr llevar a cabo una exitosa carrera profesional si se encuentra especializados en diseño aeronáutico, UAV´S o Lean.