La producción e inserción de elementos aeronáuticos, tanto con finalidades civiles como militares, está revelando ser un seguro pilar de crecimiento industrial y de generación de valor en España. El sector es intenso en I+D+i, produce conocimiento y trabajo de calidad (36.000 empleos directos con un 50% de titulados superiores), crece la productividad y tiene un gran efecto tractos sobre otras áreas industriales. La mayoría de la facturación se lleva a cabo en el extranjero (72% de exportaciones), lo que disminuye los peligros de depender exclusivamente de la dañada demanda interna o europea. Asimismo, esta industria ejerce una potente influencia en cuantiosas áreas de la economía, con una significativa concepción de empleo indirecto. De hecho, grandes programas aeronáuticos trasnacionales, como los distintos modelos de Airbus, sobre todo la producción en serie del A400M y A380, o los de otros grandes fabricantes como Bombardier, Boeing y Embraer, origina complejas cadeas de montaje, abastecimiento y ensambladura, en las que colaboran gran cantidad de proveedores de distinto nivel.
No obstante, por su efecto cruzado y su impacto en el futuro de la industria, merece especial alusión la inversión en I+D+i del área aeronáutica. El aeroespacial es, junto al biotecnológico y el de las tecnologías de la TIC, (tecnologías de la información y comunicación), el área industrial que mayor proporción de recursos asigna a la innovación en España. En el año 213, Hélice y Hegan, destinaron en total más de 200 millones de euros de capital privado en actividades de concepción de conocimiento. La cantidad a nivel nacional llegaba a los 700 millones en el año 2012, según cifras de la patronal española de la Aeronáutica y TEDAE (Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio).
Esta inversión sitúa a las compañías del área en el camino del crecimiento tecnológico y del saber, activo esencial en el entorno fuertemente universal y competitivo en el que nos localizamos. La inversión en I+D+i asegura la perduración de las compañías y su posición en el mercado, de tal forma que las prepara para asumir papeles cada vez más destacados en las cadenas de fabricación aeronáutica.
En relación con esto, hay en España un dispositivo fiscal muy provechoso, privilegiado en Europa, y aunque todavía no muy conocido y explotado, que premia postura por el conocimiento y el riesgo tecnológico con rebajas fiscales que pueden llegar hasta el 40% del gasto empresarial anual. Con el reglamento actual, un gasto en I+D como la del año 2012 rebajaría la carga impositiva de las compañías aeronáuticas españolas entre 80 y 290 millones de euros, a aplicar en los años siguientes. Complementariamente, el cerco fiscal se ha suavizado, de forma que se capacitan tales deducciones incluso a las compañías que no presentan rentabilidad.
En definitiva actualmente el sector aeronáutico pasa por su mejor etapa teniendo en cuenta además de que España sigue asumida en una crisis que alcanzará al menos a durar una década.
El mercado sigue creciendo así como la demanda de ingenieros y expertos en UAV´S, diseño aeronáutico y lean, quienes desarrollarán una prospera carrera profesional.