Evitar la contaminación espacial
La biotecnología es el empleo de organismo vivos o fracciones de los mismos para elaborar bienes y servicios. Gracias a esta técnica conseguimos comestibles como la cerveza, el queso, el pan o el vino, perfeccionamos los detergentes con proteínas y elaboramos revolucionarios biocombustibles. La indagación ha dado el siguiente paso y se ha planteado fabricar el primer drone totalmente biodegradable.
La utilización de hongos ha permitido concebir un aparato volador no tripulado capaz de descomponerse al posarse en el suelo. Los científicos, dirigidos por Lynn Rothschild del Ames Research Center de la NASA, junto a la compañía Ecovative, conformaron, diseñaron y produjeron un drone biológico, cuyo armazón está íntegramente revestido de micelio fúngico.
Para fabricar el drone, su idea inicial residió en hacer uso de celulosa en láminas. El impedimento estaba en que estos elementos exhibían una dureza extremada, y su transformación a pasta celulósica no incrementaba la durabilidad y resistencia como para ser usada en la producción del vehículo.
¿Y ahora? Los técnicos recurrieron entonces a una empresa norteamericana, llamada Ecovative Design, cualificada en la mejora de biomateriales partiendo de micelio fúngico. El micelio es el tronco vegetativo de cualquier hongo, y podría ser empleado, empapado en láminas de celulosa, en la fabricación del drone. De este modo consiguieron generar el primer prototipo.
Después de lograr producir múltiples chasis revestidos de hongos, que parecían satisfacer la funcionalidad y posibilidad del vehículo, los científicos publicaron los diseños para la impresión 3D de este armazón, aportando de esta forma al movimiento DIY. No obstante, como declaró Raman Nelakanti de la Universidad de Stanford a New Scientist, “ciertos componentes del drone no pueden ser enteramente sustituidas con biología”
Sin importar que no se vaya conseguido que sea plenamente biodegradable, el concepto detrás de esta pesquisa es que una vez que el drone vaya aterrizado, pueda deshacerse sin dejar rastro. Su auto exterminio natural posibilitaría que en la circunstancia de que el drone se perdiese o no lográsemos emplazarlo, no signifique un obstáculo medioambiental complementario.
¿Te gustaría investigar la tecnología de los drones?
En un periodo en la que la procreación de desechos sigue siendo un reto considerable, el empleo de la biotecnología en la producción de drones de esta clase facultaría en parte solucionar este desafío. De esta forma eludiríamos accidentes, como el que sucedió unos meses atrás en el Parque Natural de Yellowstone, poniendo en peligro la sostenibilidad ambiental.
Las próximas misiones cartográficas orbitales en el planeta Marte, serían capaces de favorecerse del veloz progreso de especialidades como la biología sintética; “La NASA está atraída por trasladar objetos al espacio, pero cuanta más volumen más costoso resulta. Si consiguiésemos fabricar objetos mediante células ya situados en el espacio, sería mucho más económico”. Son afirmaciones a Wired UK de Aryo Sorayya, un investigador junior de la Universidad de Stanford, esclareciendo el plan para llevar drones a Marte con la facultad de autodestruirse, al estar compuesto de elementos orgánicos.
Sabiendo ya que es posible elaborar un drone biológico, solo queda resolver el dilema ético que plantea. Un aparato de esas propiedades podría perturbar el ecosistema explorado, extendiendo infecciones o modificándolo mientras se produce el ciclo de biodegradación. Uno de los dispositivos que están desplegando ahora es el bautizado `codón de seguridad´, un recurso al que se expone a los tejidos modificados que configuran el armazón del biodrón con la meta de paliar los efectos en la transferencia de genes. Asimismo se encuentran trabajando también en la optimización del sistema de auto liquidación del biodrón. “Básicamente consiste en que las enzimas de las células se transformen en glucosa hasta terminar siendo un charco de azúcar”.
De momento el biodrón no es intégramente biológico, puesto que el procesador de su interior está formado de tinta con partículas de plata, eso sí, biodegradables. Aunque el resto de elementos, las baterías y hélices no son biodegradables. Vences este problema será la próxima fase del plan.
Los drones, aún sin haber acabado de conquistar los cielos de las ciudades, tienen cada vez más miras en el espacio abriendo a su vez la puerta a entrar en la industria aeroespacial a través de la mítica NASA. Estas nuevas posibilidades son una increíble oportunidad de desarrollo profesional en diversos campos a los que puedes acceder a través del Máster en UAV´S (DRONES), el Programa Experto en Diseño y Fabricación de UAVs y el Programa Experto en Materiales compuestos.