Superficies que no se congelen
Un equipo de investigadores de la Universidad de Rochester en Estados Unidos, han creado un material que es totalmente repelente al agua. El líquido rebota al caer sobre ellos con un efecto similar al del mercurio. El truco se haya en que el metal es sometido a pulsaciones láser que crean unos patrones microscópicos en la superficie, que producen esta propiedad insólita para hacerla superhidrofóbica de por vida, sin que surja la necesidad de ningún tipo de revestimiento o mantenimiento.
El láser que emplean para generar estas nanoestructuras es increíblemente eficaz. Cada pulso perdura una cuadrillonésima de segundo, pero logra alcanzar una energía equivalente a toda la red eléctrica de EE.UU.
Chunlei Guo, el científico responsable del estudio, atestigua que estos patrones en el elemento forman parte de su superficie, por lo que no pueden gastarse. Inclusive equipara su desarrollo con el teflón, una de las aleaciones con mayor capacidad de repeler el agua utilizada en las herramientas de cocina para evitar que la comida se pegue a los mismos.
«El material repele el agua con tanta intensidad que el agua rebota. Luego vuelve a caer sobre la superficie, vuelve a saltar y después simplemente sale deslizándose de la superficie», explicó el responsable de la investigación.
Como se ha observado en los experimentos, el agua cae sobre esta nueva superficie y rebota hacia otro punto. Por otra parte, con el teflón es imprescindible ladear el material hasta llegar a unos 70 grados para que el fluido pueda escurrirse.
Mejorar la higiene en países pobres
Las utilidades de este desarrollo son diversas. Serviría para impedir la congelación de las alas de los aviones al planear a temperaturas muy bajas, la oxidación de metales y hasta conservar limpios los servicios sin la necesidad de utilizar agua en países donde escasea. Guo, también confirma que hasta podría emplearse para crear metales multifuncionales que permitan absorber la luz en lugar de reflectarla. En otros ensayos con la misma técnica, ya consiguieron que un metal absorbiese agua.
Estas posibilidades encaminaron a la Fundación Gates a apoyar el plan por sus posibles utilidades en países en vías de desarrollo.
“En estas zonas, la recolección de agua de lluvia es vital y al utilizar materiales ‘superhidrofóbicos’ podría mejorarse la efectividad sin necesidad de usar grandes conos ni ángulos pronunciados para evitar que el agua se adhiera a la superficie”
El mayor reto para su producción a gran escala proviene del tiempo para llevar a cabo el tratamiento, siendo esta su única restricción. Crear una extensión de 2,54 cm x 2,54 cm ocupa una hora a través de láseres extremadamente potentes pero ultracortos. No obstante, el grupo de investigadores ya se encuentra trabajando en múltiples métodos para reducir el tiempo.
Igualmente, los científicos están analizando las probabilidades de lograr el mismo efecto en materiales diferentes del metal.
¿Cuál imaginas que será la próxima revolución material? ¿Te atreves a crearlo tú?